Firsag | Historia




En plena expansión industrial argentina, durante la década del ´40, tres profesores de la universidad tecnológica unieron su talento y sus conocimientos para comenzar a desarrollar la fabricación de muebles para oficina. La empresa cuyos primeros integrantes fueron Miguel Disabato, Emilio Saguir y Ángel Firpo, se llamó en sus inicios Establecimiento Metalúrgico Saturno, y comenzó sus actividades en 2 galpones alquilados: en uno se desarrollaba el mecanizado y armado, y en el otro la pintura y expedición.

Dada la gran demanda de la época y la buena aceptación de los productos que habí­an comenzado a desarrollar, se decidió construir una fábrica propia en el barrio de Flores (Portela 1800), de aproximadamente 1500 m2, con una fuerte inversión en máquinas de última tecnologí­a y la centralización integral de la producción.


En el año 1953 la empresa se dividió y los socios Firpo y Saguir crearon la marca que continúa con gran éxito hasta la actualidad: FIRSAG S.R.L., quedando a partir del año 1969 la totalidad de las acciones en manos de uno solo de sus fundadores: Ángel Firpo.


Durante la década del ´70, un fuerte repunte industrial en la Argentina permitió que la empresa pudiera expandirse tanto técnica como ediliciamente, llevando su superficie utilizable a 3000 m2, provocando esto un fuerte aumento de su capacidad productiva y por tanto de sus utilidades. 

La confianza, buen nombre y calidad de los productos de Firsag, además de haber basado su expansión en inversiones de capital propio, permitieron que la compañía pudiera afrontar con éxito las fuertes crisis que socavaron gran parte de la industria local durante las décadas del ´70 (Rodrigazo, 1975), finales de los ´80 (Hiperinflación, 1989), los ´90 (Efecto Tequila, 1995) y la más difí­cil que estalló a finales del 2001.


Actualmente FIRSAG s.r.l. posee una amplia cadena de más de 500 distribuidores en todo el país que se logró gracias a la relación calidad – precio de sus productos, así­ como a la confiabilidad y nobleza en la actitud comercial que se mantienen aún intactas después de más de 60 años de presencia ininterrumpida en el paí­s.